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Pedradas amenazantes

Pedradas amenazantes

Elvis Valoy

Si el asteroide 2024 YR4 impactara el satélite terrestre para el año 2032, como prevén algunos científicos, aún podrá cantarse: «Los aretes que le faltan a la luna, los tengo guardados para hacerte un collar»., del escritor cubano José Dolores Quiñones, pues el choque no tendría grandes consecuencias.

La Luna no está amenazada. En un principio se pensó que el peñón pondría en riesgo muchas zonas del orbe, pero ahora el peligro se ha trasladado al astro plateado.

 Con un diámetro de alrededor de 55 metros, y una velocidad de 48,000 kilómetros por hora, este inoportuno bólido generaría una explosión equivalente a 340 bombas atómicas. Sin embargo, la esfera nocturna —compañera perenne de nuestro mundo— ha recibido fuertes golpes de planetoides y meteoritos anteriormente. 

 Para alivio humano, la NASA vigila de cerca al 2024 YR4, el cual volverá a ser visible en diciembre del año 2028; pero su rastreo ha elevado la posibilidad de colisión con el astro que aparece muchas noches luego del «Sol de los Muertos»; su estrellón no causaría grandes perturbaciones.

 A pesar de ser un aerolito pequeño, si lo comparamos con los dos que hace 66 millones de años hicieron desaparecer a los dinosaurios, y que aniquilaron el 76 por ciento de la vida terrestre, el 2024 YR4, únicamente podría ocasionar un cráter al globo noctámbulo de alrededor de 2 kilómetros.

La inexistencia de atmósfera en la Luna haría que 2024 YR4 la golpee con toda su fuerza. Esta piedra maligna no causaría grandes perturbaciones allá arriba; diferente si chocara con la Tierra, en donde devastaría extensas zonas superpobladas de este mundo.

 Pero aún debemos tener los «dedos cruzados», pues Apophis de 335 metros de ancho, deambula por el espacio acechando, e intimida al «Planeta Azul» para el año 2036.