El abogado Pelegrín Castillo denunció ayer que la visita que hicieron hace poco al país legisladores estadounidenses fue para tratar que se deje sin efecto la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13, sobre nacionalidad.
Sostuvo que dicha visita forma parte del seguimiento de los pactos antinacionales inconfesables concertados por sectores gubernamentales y del alto empresariado con grupos de poder estadounidense, para buscar dejar sin efecto la citada sentencia.
Castillo, exministro de Energía y Minas y exlegislador, explicó que desde que se dictó esa sentencia histórica se han montado maniobras de todo tipo para desnaturalizarla y revertirla, entre las que, según él, se encuentra la reapertura en forma ilegal e inconstitucional del plan de regularización, con la promesa de otorgarle naturalización especial en corto tiempo a los haitianos que se acojan al mismo, aunque no reúnan las mínimas condiciones.
«Existe un compromiso histórico de los Kennedy, los Clinton, los Obama, es decir sectores liberales del Partido Demócrata, que involucra también a sectores del Partido Republicano, con el grupo de congresistas y políticos afroamericanos y la diáspora haitiana, de buscar una solución al drama del fracaso histórico de Haití. En vez de hacer un esfuerzo serio de reconstruir sus bases nacionales, prefieren buscar «la solución dominicana» no solo porque han asumido erróneamente que es más fácil y económica, sino porque entienden que es una suerte de restitución histórica”, dijo Castillo.
Manifestó que con ese propósito han empleado en forma abusiva recursos blandos y duros de poder, para una acción que, a su consideración, es propiamente un crimen internacional sutil, de alta inteligencia, cubierto por la coartada de que se trata de evitar «un genocidio civil» supuestamente cometido por el Estado dominicano con la desnacionalización de cientos de miles de personas.
Castillo advirtió que esos planes se concibieron y se ejecutan desde mucho tiempo atrás, porque, según él, en República Dominicana han encontrado sectores de poder complacientes o vulnerables al chantaje, dispuestos a hacerle el juego a esos intereses y a esa visión, y que incluso han visto con suma torpeza y miopía «las ventajas de usar a Haití y los haitianos como moneda de cambio» en sus relaciones con los norteamericanos, los europeos y los organismos internacionales.
«Es por eso que se sienten con derecho a reclamar y a amenazar con suspender el DR-CAFTA y otras acciones más, pero deben saber todo lo que se ha consentido desde un gobierno vulnerable en violación de la Constitución y en contra de los intereses nacionales es nulo, y que los dominicanos no lo aceptaremos nunca”, precisó Castillo.
Declaró que tampoco consentirán la imposición de una minoría nacional haitiana que mediatice y destruya la soberanía del Estado.
“Tenemos más de veinte años diciéndolo: no hay solución dominicana al problema de Haití, y persistir en imponerla con planes desestabilizadores y amenazas de sanciones es atentar gravemente contra la paz y la estabilidad de la isla de Santo Domingo y la región del Caribe”, concluyó.
Alerta
Pelegrín Castillo alertó sobre la existencia de fuerzas en tensiones y contradicciones en la región y el mundo, que podrían terminar convirtiendo la isla en un teatro de conflictos explosivos, en momentos en que, según dijo, Estados Unidos está profundamente dividido y enfrentado, en ocasión de la agenda revisionista que impulsa la administración Trump de la visión globalista de eliminación o redefinición de fronteras e identidades.