El Poder Ejecutivo controla el presupuesto de la nación, todos los ministerios y direcciones generales y ejecutivas, así como demás órganos estatales. Además, el presidente de la República, es el comandante en jefe de las instituciones castrenses y de la Policía Nacional, conforme al Artículo 128 de la Constitución.
Pero no termina ahí. Regularmente, cuando su partido es mayoría, también manda en las cámaras legislativas y pone y quita al procurador general a través del Consejo Nacional de la Magistratura, instituto donde el jefe de Estado suele dominar.
Al controlar el Consejo Nacional de la Magistratura los jueces designados al Tribunal Constitucional, Tribunal Superior Electoral y Suprema Corte de Justicia cuentan con el visto bueno del presidente, como en efecto ocurre, de igual manera, con los miembros de la Junta Central Electoral y de la Cámara de Cuentas, aunque la escogencia, aparentemente, la hace El Senado. En nuestro país el Poder Legislativo nunca ha sido contrapeso y mucho menos ha ejercido su condición de primer poder del Estado.
Todos los resortes del Estado están bajo el dominio del presidente, quien a su vez reparte bonos a cerca de dos millones de dominicanos y usa una partida multimillonaria en publicidad, para agenciarse noticias y opiniones favorables en los medios de comunicación, que repercuten en la opinión pública, la cual aprueba la gestión de gobierno de Luis Abinader, como también supo apoyar en el pasado a Danilo Medina y a Leonel Fernández.
En Punta Cana se celebra la 81 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Libertad de Prensa y Noticias Falsas han sido los temas centrales.
En nuestro país no se persiguen periodistas por sus ideas y hay libertad de expresión relativa, porque desaparecieron los asesinatos y encarcelamientos de comunicadores. Ahora la censura es indirecta y más sofisticada, alno otorgar publicidad a medios que disientan del Gobierno, lo que ha llevado a la quiebra a decenas de productores de programas y periódicos digitales.
Los medios tradicionales se alardean de divulgar hechos veraces, lo que no ocurre siempre en las redes. El problema más importante de los periódicos y noticiarios no está en lo que publican, sino en lo que dejan de publicar. ¿Qué noticia que perjudiqueal Gobierno se divulga en esos medios? ¿O acaso no es un hecho también veraz guardar silencio sobre acontecimientos importantes? De seguro que hubiera pedido un turno de haber estado en ese encuentro.
Los medios de comunicación, casi todos, pertenecen a los mismos dueños. Un viejo monopolio. Son empresarios que no hacen la contra al gobierno. Pese a que la censura no se practica como en otras épocas, todavía se mantiene, aunque de otro tipo, afectando de todas maneras la posibilidad de un mayor flujo de noticias y opiniones en beneficio de la población. Y ante gobiernos tan poderosos, como el que tenemos, porque lo controla todo, faltan medios capaces de informar sobre cualquier hecho que ocurra sin importar los intereses que involucre.
Cuando salen noticias favorables al Gobierno, eso es relaciones públicas. Cuando se publican trabajos, en las páginas editoriales, resaltando “la transparencia y buena intención”, eso es relaciones públicas. No se puede generalizar y atribuir estar “en búsqueda” a todos aquellos que adjudican al presidente ser un hombre “transparente y bien intencionado.