El hora no pudo ser más oportuna. Grato momento en una ocasión especial para vivir y celebrar la riqueza de nuestra lengua. Gracias a la Universidad de Hong Kong y al consulado general de España en esta región especial de China nos deleitamos con un espléndido recital de poemas, cantados en versos y prosa por estudiantes de esta prestigiosa casa de estudio. Suculento manjar bien aprovechado por quienes tuvimos la dicha de estar presentes.
Evidente oportunidad con sobrados motivos a emular y aplaudir de pie, frente a los abrumadores embates de la IA y otros avances tecnológicos. Eventos como este constituyen una brecha esperanzadora y alentadora para el rescate de valores humanos esenciales que se nos han ido escapando por falta de uso y desapego. Ejercitarlos nos hace bien.
Voces hispanas y latinoamericanas cobraron vida en la lectura de sus inspiraciones. Inmortalizadas aquí grandes autores, como Antonio Machado, Rubén Darío, Jorge Luis Borges Alfonsina Storni, Mario Benedetti, Vicente Huidobro, Dulce María Loinaz y Dina Aranco. Evocadoras pasiones hicieron de este, un momento memorable.
De ahí que cada lectura se tornara en bellas manifestaciones de amor, fe y esperanza, reafirmando con ello el poder inmutable de las palabras, fieles reflejos del alma. Afomsina, como el mar, “no me rindo”. Para Borges, la poesía revela verdades profundas sobre la existencia y la condición humana.
Todo dicho, lírica sublime, como pétalos de rosas, sentimientos y emociones esparcidas para tocarnos y recordarnos la trascendencia de la condición humana, cuya fuerza, intemporal e inmaterial, es aún imprescindible para elevarse como una gran obra. Oro y diamante a la vez, cada verso guarda y concentra sí la mayor fuente de energía vital. Por eso, la verdad encuentra en la poesía su forma más elevada y firme, a decir de Shakespeare.