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Ponen de moda muchos apodos para elecciones

Ponen de moda muchos apodos para elecciones

En el folclor político criollo, los nombres de pila de los candidatos a cargos congresuales han sido sustituidos por los apodos, motes o seudónimos que resaltan  virtudes y defectos de las personas.

La identificación con esos sobrenombres por parte de los candidatos les ha llevado a exigir a la Junta Central Electoral (JCE) que los coloque junto a sus nombres de pila para poder ser identificados por los electores.

Hay candidatos que son reconocidos por amigos y relacionados, más por sus motes que  por sus nombres reales.

En la pasada campaña electoral, un precandidato a diputado alegó que perdió porque en la boleta no se le puso el apodo.

Patica, Neñé, Yiye, Maniquí, Aleja, Lila, Fiquito, Arim, Yayo, Querido,  El Pollero, Pipín, Ito, Pilo,  Goyo, Chú, La Banca…

El diputado perredeísta  por la circunscripción número tres del Distrito Nacional, ingeniero Rafael Librado, quien busca la reelección,   es más conocido por su apodo: Patica.

El senador del PLD por Independencia, licenciado Orlando Mercedes, es conocido como Arim en su comunidad y entre sus allegados.

En el Distrito Nacional, el diputado reformista Víctor Bisonó Haza se identifica como Ito Bisonó.

El candidato a senador del PRD por Sánchez Ramírez y actual síndico de Cotuí, licenciado Bienvenido Lazala es  conocido como Ñeñé.

En tanto   Querido  es el diputado del PLD por Puerto Plata,  doctor Alfonso Crisóstomo.

Chú es el sobrenombre con que se conoce el senador del PRD por María Trinidad Sánchez y quien aspira a la reelección.

La diputada Rafaela Alburquerque, que busca su sexta reelección, es conocida popularmente  como Lila.

El Nacional

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