Todavía la sociedad suele relacionar con el sexo cualquier aspecto del comportamiento humano y se mantiene la costumbre de que a los niños al nacer se les compra ropita de color azul, mientras que a las niñas de color rosa; los niños juegan con carritos y las niñas con muñecas.
Para muchas personas jugar con muñecas no es adecuado para los niños y se les debe motivar a diversiones más adecuadas para varones, mientras que se mantiene en muchos hogares que los hombres no deben llorar, cuando los expertos afirman que éstos pueden exteriorizar sus sentimientos igual que lo hacen las mujeres.
“Lo primero es que los niños utilizan la imaginación y pueden convertir en juguete cualquier objeto”, asegura la psicóloga infanto juvenil Nelsy Solís.
“Cuando los niños y niñas juegan juntos comparten sus juguetes, esto no debiera ser causa de preocupación para los padres (que las niñas jueguen con carritos y los niños con muñecas) pues estos están mostrando a través del juego la realidad que los rodea y representarán el rol de papá o de mamá utilizando su creatividad”, agregó la profesional.
Con relación al miedo por la sexualidad de los niños, Solís aclara que la identidad sexual de un niño se forma de los 5 a 7 años y estará influenciada por el entorno social que incluye, la escuela, los medios de comunicación, los valores como también los principios familiares.
“Los juguetes son representaciones de la realidad que nos rodea, pueden ser los miembros de una familia, insectos y animales, instrumentos musicales, juguetes de ensamblaje, deportivos, electrónicos, entre otros”, afirmó Solís.
Recomienda que como padres se utilicen los juguetes para incrementar las habilidades de los hijos y transmitir valores familiares, como por ejemplo, la responsabilidad, el orden, la justicia, el trabajo en equipo, la honestidad y la fe.
“Sigamos adelante en este camino de aprendizaje y crecimiento personal para brindar a nuestros hijos una educación emocionalmente saludable”, finalizó la experta.