Editorial

Por todo lo alto

Por todo lo alto

No debería pasar por alto el reconocimiento que ha hecho el Programa Mundial de Alimentos (PMA) a los logros de reducción de hambre y de anemia infantil alcanzado por República Dominicana, que en esos aspectos ha logrado de manera anticipada el Objetivo de Desarrollo del Milenio.

Los programas de desarrollo nutricional que se realizan a través de la Vicepresidencia de la República redujeron el hambre de un 34.3% a un 12%, en tanto que la prevalencia de anemia en las familias participantes en esas iniciativas sociales del Gobierno, se redujo en un 50%.

Es obvio que aún falta mucho camino por recorrer hasta erradicar por completo el hambre crasa y la desnutrición infantil, pero es de justicia reconocer que se avanza en ese camino, como lo ha reconocido el PMA, que considera que esos programas sirven de referencia para otras naciones.

La nueva gestión de gobierno que se inaugura mañana tiene su principal reto en la pobreza extrema, un flagelo con su secuela de hambre, desnutrición y marginalidad, incompatible con la condición humana, por lo que se requiere afianzar y expandir los programas de atención primaria en salud, distribución de micronutrientes y de alimentos fortificados a la población infantil.

De igual forma se resalta la instalación de 59 mil huertos familiares donde se han sembrado más de 120 mil tareas de hortalizas y vegetales para mejorar la seguridad alimentaria de quienes todavía malviven al otro lado de la verja de la miseria.

La fortificación con vitamina del arroz es también una alternativa que resultaría eficaz en la disminución de la anemia infantil y la malnutrición familiar, por lo que debería aplicarse cuanto antes en el programa Comer es Primero, más aún si se toma en cuenta que el consumo nacional de ese cereal sobrepasó las 600 mil toneladas en 2015.

Ha llegado el momento de que el muy promocionado crecimiento del PIB dominicano se refleje también en los estómagos de los pobres y muy pobres, que además merecen ser incluidos en un auténtico régimen de justicia social que rinda tributo al derecho al trabajo, vivienda, salud y educación.

El reconocimiento que ha hecho al país el Programa Mundial de Alimentos por reducir significativamente los niveles de hambre y anemia, constituye un paso significativo en la dirección correcta hacia la justicia social, por lo que merece ser resaltado por todo lo alto.

El Nacional

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