El Día de las Madres es una fiesta familiar caracterizada por el calor y la alegría para cuya celebración el último domingo de este mes no existen condiciones por la actual crisis sanitaria que distancia a las personas. Si no es posible la presencia para compartir, entregar algún regalo o disfrutar de un buen almuerzo lo más sensato es que la celebración se posponga, como ha ocurrido con otros eventos. Ante la crisis económica y los propios problemas sanitarios la Unión Nacional de Empresas Comerciales ha propuesto, con mucho fundamento, aplazar para el último domingo junio la celebración del Día de las Madres. Ahora mismo todos los sectores no solo están enfocados en la lucha contra el coronavirus, sino que la paralización de las actividades ha dejado a cientos de miles de personas sin recursos para adquirir un regalito con que halagar a su progenitora, esposa o algún ser querido ese día. Pero además, sin importar la reapertura de las actividades económicas formales, no todos los establecimientos están en condiciones de suplir la demanda de los consumidores. Con el relajamiento de las actividades comerciales es posible que para junio la gente esté en mejores condiciones emocionales y el comercio más abastecido de mercancías para el Día de las Madres. El comercio, que es tan importante, las autoridades y todos los sectores que fomentan el sentir y aportan el colorido que caracteriza las celebraciones deben ponerse de acuerdo para que no se pierda el calor y la alegría de los festejos familiares.

