Si fuera hacer un vulgar plagio de la ‘’Metamorfosis’’ del gran Franz Kafka, quien deslumbró por su brillantez al genio de Jorge Luis Borges, iniciaría diciendo: Cuando José Monegro se despertó una mañana de su inquieto sueño, comprobó que el presidente de la República, Luis Abinader, estaba a punto de permitir que un grupito de ingenieros, se »embolsillara» más de 3 mil millones de pesos, monopolizando el remozamiento y construcción de las obras de los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Es justo hacer público, que cuando el presidente Abinader, designó mediante el decreto 201- 22, al director del periódico El Día, José Monegro como presidente del Comité Organizador de los juegos, hubo una aceptación generalizada por la atinada decisión del mandatario.

El compromiso con la verdad me obliga por principio, a rechazar, que un grupito de ingenieros, que está totalmente alejado del Movimiento Deportivo Nacional, aparezca como »ave rapaz» a llevárselo todo, dejando fuera del pastel a ingenieros que sí son del sector deporte, además de que se han sacrificado para que la justa del 2026 sea una realidad.
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Sé que los dominicanos, cada día hacemos menos uso del pensamiento crítico, pero los que estamos identificados con el deporte, sentimos indignación, pues creen que no nos damos cuenta, que cuando se hacen exigencias excesivas a los ingenieros en términos financieros y de garantías para poder participar de las licitaciones, en el fondo, lo que se busca, es dejar las obras en un grupito de multimillonarios, que no saben el esfuerzo que se hizo para lograr la sede de los juegos.
Ese procedimiento de licitación, es una especie de sufragio censitario, que sólo daba derecho a los ricos, con posesión de bienes raíces.
El sentido de la honradez y la integridad, nos obliga recordarle a ese grupito de ingenieros que lo quiere todo, que esos juegos Centroamericanos y del Caribe que se llevarán a cabo en la patria de Duarte, son una iniciativa de un Comité Gestor que lideraron: Arístides Fernández Zucco,- El Chato- de quien surgió la idea de los juegos, del Ingeniero José Manuel Ramos, quien ha aportado grandemente al evento con sus ideas, Osvaldo Brugal, Juan Mejía, Diana Ramos, Sixto Inchaustegui, Martin Hache, Liliana Ramos, Iván Fernández, José Luis Núñez García, entre otros.
¿Y dónde estaban los ingenieros que apuestan a llevárselo todo en esos momentos de búsqueda de la sede?
Presidente Abinader, no sé si en esta ocasión, usted va a cambiar su estilo de gobernar, pero lo atinado es derramar la riqueza y crear las condiciones para que el sector de la ingeniería, no tenga tantas trabas como se observa en estas licitaciones.
El escándalo está al doblar de la esquina. Solo el presidente Abinader lo detiene.
Por: Ramón Rodríguez
centrodeidiomaswashington@gmail.com