Al asumir como presidente del Senado el 16 de agosto, el senador Ricardo de los Santos, en su discurso hizo gala de buen orador. Pronunció lo que se llama en el argot intelectual, una gran pieza oratoria. Pieza oratoria muy bien elaborada y mejor expuesta. Un discurso breve, exacto, sustancioso, preciso y conciso.
Comenzó diciendo: «En primer lugar, quiero dar gracias: Gracias a Dios, por permitirme estar aquí hoy». Y continuando con su invocación al Creador. «Oportuna es la ocasión, para pedir al Dios Todopoderoso, que nos acompañe, y guíe en éstas nuevas responsabilidades, y que ilumine a cada senador».
Y siguió: «Gracias a la Dirección Ejecutiva del PRM. Gracias a las senadoras y senadores de las diferentes bancadas».
Agradeció a toda su familia, al equipo de trabajo que siempre le ha acompañado, a todo el personal del senado, a sus amigos y colaboradores, y muy especialmente a los sanchezramirenses. «Base fundamental para que hoy estemos en este lugar».
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No podía omitirse la exaltación correspondiente a la efemérides que celebrábamos ese día. «Enaltezco a nuestros héroes de la restauración de la República; del grito de Capotillo, que dio el inevitable paso a nuestra segunda República, y que reafirmó nuestra soberanía».
«Quiero tributar al general Gregorio Luperón, figura insigne de ésta gesta restauradora: Nuestro respeto y agradecimiento eterno; a él, y a todos los héroes; que, con ideas preclaras, determinación, valentía y espíritu patriótico, restauraron nuestra República».
«El juramento que hicimos hoy, es mucho más que el cambio de una dirección a otra. Asumimos el compromiso de continuar fortaleciendo la institucionalidad en el Senado de la República. Este poder del Estado garantiza la institucionalidad. Es nuestro deber; es nuestro compromiso, y será honrado».
Institucionalidad. Además de su invocación a Dios, esta es la parte más significativa, de mayor relevancia de su discurso. Promover la institucionalidad, tanto en el Senado como en el país, a nivel de todo el apartado estatal, sería un magnífico aporte para un desarrollo sostenible e integral de nuestra democracia y estado de derecho. Sólo nos resta esperar, y confiamos en ello, que el flamante presidente del Senado, Ricardo de los Santos, haga la praxis, y pase de la teoría a la práctica.
José Vicente Calderón R