Página Dos Primera Fila

PRIMERA FILA

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Otra lección

Como los loros viejos que no aprenden a hablar, la Policía no acaba de asimilar el negativo efecto de sus métodos contra la criminalidad. Los agentes sólo saben golpear, torturar o apretar el gatillo, sin reparar en ruegos ni en la presencia de testigos, como indica un vídeo que recoge lo que ocurrió con Rubén Darío Hipólite Martínez, en el residencial Renata III, en Pantoja.

Martínez, perseguido por las heridas al capitán de navío teniente Augusto Lizardo González, en mayo, ruega en presencia de un hijo y un sobrino a los agentes que penetraron a su apartamento que no lo mataran, pero el clamor fue en vano.

No es la primera vez que ocurre un suceso de este tipo, frente al cual la respuesta del director de la Policía, Ney Aldrín Batista Almonte, ha sido designar una comisión para investigar el hecho. Martínez, participara o no en los hechos, hoy es otra víctima de la Policía.

El Nacional

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