El muro.-
El presidente Donald Trump había advertido que el cierre del Gobierno sería prolongado si no se aprobaban los 5,000 millones de dólares que solicitó para la construcción del muro en la frontera con México. Pero si lo hizo como una estrategia para presionar o culpar a los senadores demócratas todo indica que hasta ahora es quien carga con la responsabilidad de que los servicios administrativos estén interrumpidos.
Antes que flexibilizar su exigencia, Trump, como una suerte de niño malcriado, se ha cerrado a banda. Con su actitud va camino no sólo de perder el pulso con los demócratas, sino un significativo apoyo en las filas de su Partido Republicano.
Sin haber iniciado la construcción el muro puede salirle más caro de la cuenta, a menos que tenga el tacto político de negociar la derrota con sus rivales demócratas. Sin pensar en su orgullo.
El Nacional
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