Tristeza
Gran tristeza, que de seguro era lo que menos quería legar a su legión el día que llegara su partida, es lo que embarga a la población por la muerte de uno de los más grandes boleristas y bohemios que ha tenido el país: el cantante Anthony Ríos.
Poseedor de una alegría y un carisma excepcional, Anthony, quien falleció ayer tarde, estaba permanentemente en el corazón de una generación con canciones tan emblemáticas de su repertorio como “Fatalidad”, “Señora tristeza”, “Si usted supiera señora”, “Viejo amigo”, “Amada amante” y muchas otras que eran un verdadero antídoto contra la tristeza.
No había mejor receta para levantar el ánimo que disfrutar de esos conciertos que Anthony animaba con anécdotas, canciones e intercambio con el público.
Con su muerte, a los 68 años, a causa de múltiples complicaciones, la nación pierde a un auténtico artista.
El Nacional
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