Malestar
El suicidio de un segundo teniente porque no lo ascendieron de rango y la protesta de decenas de agentes por la misma causa replantea la necesidad de por lo menos afinar más el método para las promociones en la institución del orden y en los cuerpos armados.
Tras entender que habían cumplido con sus obligaciones tanto Bernardo Alberto Paredes como los agentes que protagonizaron un piquete en el Palacio de la Policía se consideraban merecedores del reconocimiento que benefició a 6,904 uniformados.
No ha trascendido pero entre los agentes circula la versión de que fueron ascendidos todos los miembros de la Policía asignados a funcionarios, legisladores y figuras influyentes.
Alimenta más el malestar que el merenguero Fernando Villalona fuera premiado con un ascenso a primer teniente como integrante de la banda de música del Ejército.

