Diálogo
Forzado por las circunstancias o como fuera, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, trilla la vía más aconsejable con el diálogo que ha auspiciado con la oposición para buscar una salida a la crisis de la nación. Con bravuconadas y acciones represivas no se alcanzará una solución a corto ni largo plazo a los variados conflictos del país.
Pero Maduro tiene que saber que para acreditar sus buenas intenciones tiene que cesar la represión contra la oposición.
En tanto no se rebajen las tensiones habrá sus dudas sobre el diálogo que esta vez ha tenido como escenario a Noruega. A raíz de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, por lo difícil que se ha puesto la situación, escasean hasta los carburantes.
Antes que cuestionar las intenciones de Maduro, la oposición debe aprovechar el puente que le han tendido para buscar una salida negociada.

