Exceso
En una nación como Chile, que es ejemplo de estabilidad, desarrollo y buenas prácticas políticas en América Latina, deja mucho que desear la violencia con que el Gobierno del empresario Sebastián Piñera ha enfrentado las protestas sociales originadas por el alza del metro.
En las últimas horas habían muerto 18 personas en los disturbios que han sacudido la capital, Santiago, donde ha habido saqueos de establecimientos y se ha tenido que decretar el toque de queda.
Aunque revocó el alza en el medio de transporte, Piñera se ocupó de echar más combustible a una atmósfera que ya estaba bastante cargada al decir que el país estaba en guerra.
Tan soberana fue la metedura de pata que el comandante de las fuerzas que luchan para restaurar el orden no tardó en negar la afirmación. La magnitud de las protestas evidencia que el alza del metro no fue más que la chispa.

