Dolor
La muerte en un accidente aéreo a los 41 años de edad de una leyenda como Kobe Bryant, considerado uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA, es un caso para reflexionar. Parecía inconcebible que un atleta carismático, respetuoso, famosísimo, que lo tenía todo, podía perecer de un momento a otro en una tragedia.
Sus compañeros, aficionados del baloncesto y todo el mundo ha quedado atónito por el deceso del astro al accidentarse el helicóptero en que viajaba junto a una hija de 13 años y otras personas. Cabe destacar las cualidades que hicieron de Bryant uno de los grandes íconos en toda la historia del baloncesto.
La cuestión se centra sobre la facilidad con que las personas, por más nobles, famosas y adineradas que sean se despiden el día menos pensado de este mundo. Con su muerte Bryant ha dejado no solo una estelar de dolor, sino de reflexión.

