Organizaciones y representantes de la provincia Peravia depositaron una acción de amparo ante el Tribunal Superior Administrativo solicitando la inmediata suspensión de las operaciones de las dos plantas de carbón de Punta Catalina hasta que dejen de ser un peligro público que vulnera gravemente los derechos a la salud y a un medio ambiente sano de la población, especialmente de las comunidades vecinas de la central termoélectrica.
El Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, INSAPROMA, el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC, representantes de comunidades y personas directamente afectadas por los daños causados por la construcción y la contaminación letal de Punta Catalina, fundamentaron el amparo en que la población no puede ser una excepción de los derechos a la salud y a un medio ambiente sano que garantiza la Constitución.
Las autoridades han reconocido públicamente los graves daños que causan las plantas de carbón de Punta Catalina y los medios de comunicación han reseñado y mostrado las inmensas montañas de cenizas tóxicas que no cesan de crecer, los estragos producidos en el litoral y en la vida marina, y el humo de la chimenea que evidencia las emisiones de gases ácidos y de micropartículas arrojadas al aire.
Los accionantes citan en el amparo las declaraciones ofrecidas por el actual administrador de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, ingeniero Serafín Canario de la Rosa, especialmente en la rueda de prensa celebrada el 28 de septiembre pasado, del ministro de Energía y Minas, ingeniero Antonio Almonte y del ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, en el sentido de que la central adolece de fallos estructurales, está generando una enorme cantidad de cenizas tóxicas y contaminación aérea que están produciendo daños en la salud de la población y en el medio ambiente.
De la Rosa afirmó que desde octubre del año pasado la unidad número 1 de Punta Catalina está operando sin que funcione el sistema de seguridad de control del aire, ”lo que quiere decir que todo el veneno de las calderas está saliendo al aire que respiramos por la chimenea de esta central”.
Punta Catalina es un peligro público principalmente por las grandes cantidades de cenizas que vierte a la intemperie, en los gases ácidos y micropartículas por encima de las normas, en el agua hirviente que devuelve al mar y la destrucción de los corales y la desaparición de la playa de Paya.
Enrique de León