Negocios en el Gobierno
Situaciones de calamidad pública por fenómenos atmosféricos o sanitarios ocurridos a partir de 1996 en la Era del PLD han sido aprovechadas para millonarios negocios personales con el Gobierno, creadores de riqueza mal habida a costa del erario y protegidas por impunidad consustancial al régimen.
Huracanes y tormentas históricas que han afectado el Caribe y amenazado o devastado el territorio nacional como Hortensia (1996), Georges (1998), Noel y Olga (2007) que tuvo de secuela el desagüe criminal de la Presa de Tavera, y María (2017), fueron grandes oportunidades para el dolo.
La joya que corona el alocado enriquecimiento relámpago en perjuicio de finanzas públicas lo constituye la pandemia del coronavirus enfrentada por el gobierno “con todas las de la ley” pues el Congreso Nacional autorizó al Poder Ejecutivo el estado de emergencia en que “todo se puede”.
Huracanes y tormentas que afectaron el Caribe fueron grandes oportunidades
para el dolo
La vertiente económica del fenómeno tiene impacto directo en aumento del déficit fiscal, previsible como crisis global generadora de recesión con inflación, también en compras urgentes y extraordinarias para enfrentar el Covid 19, con admitidas indelicadezas e irregularidades multimillonarias.
El gobierno lo admite y he aquí dos botones: revoca compras de insumos para la emergencia por Ministerio de Defensa por monto de RD$16.8 millones y destituye siete funcionarios del INAIPI por proceso fraudulento, también millonario, para adquirir kits alimenticios con motivo de la pandemia.
Ni hablar del afán de otras entidades, como Edesur y Lotería, ajenas al combate directo de la crisis que corresponde al Ministerio de Salud Pública, por “compras urgentes” de mascarillas, guantes, caretas y otros insumos, para hacer negocios particulares con asuntos públicos gracias al patrocinio político.