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Quienes dicen “al pendiente”  no están pendientes

Quienes dicen “al pendiente”  no están pendientes

No se  ha escrito todavía la influencia de la cultura mexicana en el pueblo dominicano. Algunos  dominicanos se visten de charro, otros cantan rancheras, unos más poderosos andan con dos revólveres al cinto, como aquel personaje de ingrata recordación que en la era de Trujillo  difundió el terror en la región Este.

Ahora tenemos nuevas vías para la penetración cultural mejicana. El frecuente contacto con la televisión de ese país, tanto en   programas  festivos  como en espacios noticiosos, viene dejando algunas formas idiomáticas muy  propias de esa nación, defectuosas  en relación con el español estándar.

Para nada he de referirme a la plaga de imitación del habla del Chavo que afectó a una generación de niños.  Pero es más delicado y notorio el asunto al que quiero referirme. Porque la imitación la asumen  periodistas y locutores, que como se sabe, son líderes de opinión  y su influjo  en los oyentes resulta innegable.

Me referiré a tres expresiones: “al pendiente”,  “no le cambie” y “misma”, que se han venido introduciendo sobre todo por la televisión.

                          Al pendiente

Algunos presentadores de noticias, cuando dan avances, sugieren a los televidentes mantenerse  “al   pendiente”, en lugar de pendiente, en su acepción de “atento a algo a alguien”. El  Diccionario Panamericano de Dudas, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, explica  que la forma “al pendiente” se ha originado en el español de México, donde también se la da a esa palabra el uso de sustantivo.

Pero insisto en la forma adjetival, con el significado de atento a algo.  La locución “al pendiente” siempre es sustituible por pendiente, que es la forma  aceptada  en el español general. Pero al parecer quienes  usan “al pendiente” no están pendientes  de lo que dicen las normas de nuestro idioma.

                                  Mismo/ misma

El adjetivo “mismo” (y su femenino misma) se sitúa normalmente entre el artículo o el determinante y el sustantivo al que modifica. Ejemplo: El mismo hombre. La misma persona. Sus mismos argumentos.

 Así es la norma del español y así se usa en el habla de los dominicanos. Pero he aquí que unos periodistas novedosos y creativos introducen en el habla dominicana la forma “misma”, sin ir precedida de un artículo. Ocurre en casos como: Hatuey De Camps decidió apoyar a Hipólito Mejía, /mismo/ con el que tuvo diferencias.

 El diccionario  citado apunta lo siguiente: “Son ajenos a la  norma culta general los usos adverbiales de  mismo con los sentidos de justamente o cabalmente (…mismamente) y de hasta o incluso, que se dan en algunas zonas de España y América: Con ese vestido parecía mismo una modelo/ Mismos los ricos tiene que rendir cuentas a Dios”.

   No le cambie.

Como el espacio se agota, debo terminar, pero deseo que alguien me explique –de verdad, no lo entiendo- el significado  de la locución “No le cambie”, que usan presentadores de noticias en televisión. ¿A quién no le van a cambiar? ¿Qué no le van a cambiar?

El Nacional

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