Editorial

Quizás se cumpla

Quizás  se cumpla

Los presidentes de República Dominicana y Haití acordaron ayer la normalización de sus relaciones diplomáticas y reiniciar el diálogo referido al intercambio comercial, así como un mecanismo de coordinación para armonizar el proceso de repatriación de ciudadanos haitianos que residen en el país en situación migratoria irregular.

Aunque la lista de los seis acuerdos parecen copiados de compromisos anteriores, la mayoría de los cuales no han sido cumplidos por Haití, el encuentro de ayer en Barahona entre el presidente Danilo Medina y su colega Michel Martelly ayuda a impulsar otra gestión dialogante que quizás fructifique.

Se resalta el compromiso que ha asumido el presidente Medina de realizar una “visita de trabajo” a Puerto Príncipe, pero concretamente para “estar presente en una próxima firma de los acuerdos”, lo que indica que el mandatario condiciona su viaje a que las partes arriben a convenios o arreglos concretos y definidos.

De los seis puntos contenidos en el acuerdo suscrito por ambos mandatarios, solo el referido al compromiso de apoyar la iniciativa Quisqueya, impulsada por el sector privado, se presenta como una novedad, pues los demás han estado insertos en distintos documentos.

El tema de la veda terrestre impuesta por Haití a 23 productos de origen dominicano, cuya revocación se discutiría dentro de dos semanas, ha sido la misma historia de prohibiciones a importaciones locales impuestas por el lado haitiano, solo que esta vez se excedieron grandemente.

La reactivación de la Comisión Mixta Bilateral, el acuerdo aduanal y el intercambio de información entre ambas naciones, han sido compromisos violentados por Puerto Príncipe una y otra vez, aunque es deber del gobierno dominicano intentar que se configure una definitiva agenda de entendimiento.

Es por eso que se define como iniciativa puntual, prudente y provechosa, la encaminada por la diplomacia dominicana que ha incluido una entrevista entre los presidentes Medina y Martelly, que se extendió por más de cuatro horas, porque los inquilinos de la Hispaniola están compelidos a privilegiar el diálogo como fórmula y camino hacia la avenencia.
Las expectativas de cumplimiento de compromisos y obligaciones insertos en el documento de Barahona, resultan débiles, porque el gobierno haitiano ha demostrado escasa voluntad de cumplimiento y sí muchos deseos de provocar o molestar.

El Nacional

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