Hasta antes de la intervención del vertedero de Duquesa, en el Distrito Nacional y los cabildos de la provincia Santo Domingo no había más problemas que los habituales con la basura. Frente al conflicto que derivó de la decisión del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte, ninguna de las fórmulas que se han explorado, ha contribuido a resolver el drama de la proliferación de desperdicios ni a erradicar el temor de una crisis sanitaria.
Los alcaldes del Gran Santo Domingo llegaron a un acuerdo sobre la operación del vertedero y el presidente Danilo Medina instruyó al Ministerio de Obras Públicas para reparar la vía de acceso, con una inversión de 18 millones de pesos, pero los problemas con la recogida de basura no acaban de resolverse. Munícipes y ambientalistas han reclamado una mayor intervención del Gobierno para eliminar los montones de basura que se acumulan en diferentes puntos, y de esa manera prevenir enfermedades y restaurar el ornato. Puede ser que la proliferación de desechos no sea consecuencia directa de la ocupación del vertedero, sino de los problemas financieros que limitan la capacidad de los cabildos para lidiar con la crisis. Pero no se puede negar que el malestar se desató después que la firma Lajum fue desalojada de la administración del conflictivo vertedero.