Sin que se interprete como un conflicto diplomático o comercial de grandes proporciones, al menos República Dominicana y Puerto Rico han roto su mutuo compromiso de relación hípica que data de 17 años.
El impasse parece surgido porque el hipódromo Camarero suspendió las transmisiones de sus carreras que se difundían por una televisora local seis veces a la semana. Los directivos del V Centenario han pedido la revocación del acuerdo de cooperación entre ambas entidades, al considerarlo leonino para los intereses de la hípica local.
El caso es que ahora ni el hipódromo boricua ni el dominicano obtienen ganancias por las apuestas que originaban esas transmisiones, lo que también afecta a una fanaticada que seguía las carreras desde la pista del Camarero. A ese problema se une otro no menos grave que representa el reducido número de caballos para conformar un programa hípico atractivo en el hipódromo V Centenario. ¡A correr fanáticos!