Masacre rebeldes
Duro mensaje
El Gobierno de Nicolás Maduro ha enviado un fuerte mensaje con la masacre de los rebeldes liderados por el exagente de la Policía, Oscar Pérez. Las consecuencias para la crisis de la nación de la aniquilación de los siete sublevados están por verse, sobre todo después que el grupo trató, cuando ya estaba cercado, de rendirse a cambio de que se le garantizara la vida.
Pérez, que en julio de 2017 saltó a la palestra cuando según el Gobierno lanzó varias granadas desde un helicóptero a edificios gubernamentales, comunicó que la intención de los militares era ejecutarlos a todos. Al justificar el enfrentamiento Maduro calificó a los insurrectos como una banda terrorista que preparaba un ataque con “carro bomba” financiado por Colombia.
Sustenta la afirmación en la supuesta delación de desertores a quienes se habría pagado y prometido protección del Gobierno de Colombia una vez ejecutadas laas alegadas acciones terroristas.
En la confrontación, ocurrida en una residencia del barrio El Junquito, de Caracas, el mandatario dijo que murieron dos policías y que cinco de los insurrectos fueron capturados con vida.
En tanto se despejan los acontecimientos ya han comenzado las condenas a lo que se ha definido como ejecuciones, toda vez que los insurrectos expresaron su intención de entregarse una vez se encontraban cercados por las fuerzas oficiales. En medio de la crisis que sacude a Venezuela el mensaje de Maduro tendrá sus repercusiones.

