Furia enardecida
Contra Amet
El incidente ocurrido el sábado en el sector El Valiente, Boca Chica, en que una unidad de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) fue incendiada en medio de una protesta, convoca a reflexionar sobre las regulaciones del tráfico vehicular. Los residentes en el sector reaccionaron airados después que por supuesta responsabilidad de los agentes un motorista, Isaís Cuello, murió atropellado por una patana. Si es como se ha informado el método de los agentes, que cuentan con unidades de comunicación, vuelve a cuestionarse.
Antes que alertar a otras unidades para que detuvieran al motorista cuando se desplazaba en vía contraria, los agentes lo persiguieron y le bloquearon el trayecto, dando lugar al accidente que le costó la vida. Al perder el control de la motocicleta Cuello trató de escapar, pero cayó al pavimento en el momento en que transitaba la patana que lo aplastó.
Tras apedrear y armarse de palos y otros objetos contra los agentes, los vecinos del sector quemaron el vehículo de la Amet.
El suceso replantea que para imponer la autoridad por una violación de tránsito no se tiene que recurrir a la fuerza ni a los métodos que utiliza una entidad que cuenta con costosos equipos para cumplir con su labor. Son muchos los incidentes protagonizados por los agentes, a quienes se atribuye un exceso de autoridad que en la práctica raya en abusos.
El incidente de El Valiente no es solo para lamentarse, sino para revisar los métodos.

