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Crimen espantoso

Cunde horror

 

Crímenes tan espantosos como el de una mujer y tres hijos menores de edad, cuyos cadáveres fueron encontrados ayer en estado de descomposición en su residencia del barrio Enriquillo, del kilómetro 8 de la carretera Sánchez, no solo conmueven a todos los sectores, sino que llaman la atención sobre los males que corroen a la sociedad.

Hay que tener un alma diabólica o haber perdido por completo la razón para matar a una mujer y tres hijos de 13, 11 y 6 años de edad, abandonar los cuerpos y desaparecer del escenario.

Ha surgido la versión de que el homicidio de Janet Mendoza y sus hijos, quienes apenas llevaban un mes viviendo en el sector, fue cometido por un hombre identificado como Víctor Alexander Portorreal Villalona.

Este habría llamado por teléfono a su madre para confesarle que era el responsable de la tragedia que ha conmovido tanto a los vecinos del barrio Enriquillo como a toda la sociedad.

El cuádruple crimen, por demás cometido con tanta rabia, convoca a reflexionar sobre la realidad social dominicana. Más aún tratándose de otro de los múltiples crímenes espantosos que de tiempo en tiempo sacuden a la población.

El mal olor y no la ausencia de la familia fue lo que detonó la alarma de los vecinos. Antes de calificar el horrendo crimen como un caso aislado, propio de cualquier sociedad, es necesario tomarse el tiempo que sea necesario para examinar la vigencia de cada uno de los valores en torno a los cuales gira el sistema social.

El Nacional

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