Lectura linchamiento

Ira ciega

Lo ocurrido en Las Cabuyas, de La Vega, representa un signo de alerta que las autoridades tienen que auscultar con la mayor serenidad.

El linchamiento de dos supuestos delincuentes que habrían quitado la vida a un comerciante no es un simple acto de venganza, sino una muestra de la rabia que se ha incubado en la población frente a la criminalidad y los frecuentes asaltos.

Esa es una de las distintas lecturas que tiene el sangriento suceso. Antes que capturar con vida y entregar a la Policía a los presuntos victimarios del comerciante Henry Hernández, como procedía, la multitud que los persiguió los mató a machetazos, palos y pedradas.

Uno de ellos habría sido quemado vivo por la multitud. Las muertes de Wellington Peralta Rodríguez, de 30 años, y Eliézer Sánchez Contreras, de 29, tienen que investigarse.

En muchas comunidades los vecinos han creado comités de vigilancia para garantizarse su propia seguridad. Se dirá que la gente no debe tomar la justicia en sus manos, pero además de la irritación que genera la delincuencia está la desconfianza en el sistema judicial.

Son las propias autoridades las que se han ocupado de repetir que los delincuentes no reciben el castigo que merecen en los tribunales, en tanto en otras ocasiones los investigadores tienen que despacharlos por supuesta falta de pruebas.

Lo de la comunidad de La Vega no debe pasar como un hecho aislado, sino como la expresión del malestar que provocan la criminalidad y los asaltos.