Cuentas claras
Si hay una entidad que debe manejarse con la más absoluta transparencia, sin dar lugar a la más mínima duda en sus operaciones, esa es la Cámara de Cuentas. Al defender el tan criticado aumento salarial en la entidad, su presidente, Hugo Álvarez Pérez, refirió que la resolución data del 5 de noviembre de 2013.
Pero además subrayó que el órgano, que se ocupa de verificar el uso de los recursos públicos, había perdido muchos técnicos y que se habían presentado casos de indelicadezas por los bajos salarios. Si es así, Álvarez Pérez ha debido documentar cada uno de los casos, y sobre las supuestas indelicadezas proceder en consecuencia.
Es innegable que como ente técnico la Cámara de Cuentas necesita profesionales íntegros y competentes, pero sin olvidar que tanto los miembros como los técnicos conocían las condiciones de trabajo desde antes de aceptar los puestos.
La Cámara de Cuentas ha sido objeto de severas críticas. Hasta la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca) le ha hecho reparos. Pero si el aumento era tan importante para agilizar y revestir las autorías del mayor rigor técnico se supone que ya no habrá excusas.

