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Fuego Duquesa

 

El fuego en el vertedero de Duquesa, cuyos efectos se sintieron con más intensidad cuando la humareda se propagó por amplios sectores de la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, ha dado mucho de qué hablar para que pase como un simple incidente. Las causas del fuego, cuyos daños materiales están por cuantificarse, tienen que aclararse, pero sin la menor pizca de duda.

Tal vez sea demasiado pedir, pero el deseo siempre será que las autoridades efectúen una investigación exhaustiva con la garantía de establecer responsabilidades de comprobarse algún tipo de negligencia o la participación en el siniestro de manos criminales.

No se espera que se evaluarán los efectos en el sistema respiratorio o en la vista, pero de seguro que los daños del incendio no se limitaron a las miles de toneladas de desperdicios.

La investigación es más pertinente de tomarse en cuenta los conflictos que han rodeado la propiedad y administración del vertedero.

Hasta antes de ser intervenido por los ministerios de Medio Ambiente y de Salud Pública, los propietarios de la firma Lajun, que operaba el depósito, habían sido sometidos a la justicia acusados de diferentes violaciones. Hoy no se sabe a qué altura están los sometimientos, patrocinados por las propias autoridades ambientales.

El incendio, que se detectó el fin de semana, ha sido de tanta magnitud, que todavía en las últimas horas se utilizaban helicópteros y otros equipos para sofocarlo. Cabe esperar, pues, que el incendio no pase a formar parte de la infame galería de casos impunes que adorna el país.

El Nacional

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