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Elecciones Venezuela

El día después

Las elecciones del domingo en Venezuela, en las que el presidente Nicolás Maduro cuenta con el camino despejado para reelegirse, no dejan de ser un ejercicio con todas las características de una farsa. Si algo llama la atención son las peculiaridades del proceso. Son unos comicios con un solo candidato, porque los demás van como los extras de una película.

En el proceso se advierte en primer lugar que la polarización no se plantea entre los candidatos, sino entre el oficialismo y la abstención a que ha llamado la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Aunque su reelección está garantizada, imponerse a la abstención es el gran reto que tiene el gobernante. Otra interrogante tiene que ver con el papel que asumirá Maduro frente a la comunidad internacional después que su victoria sea oficializada.

El diálogo que anunció con la oposición se frustró con el rechazo del presidente Danilo Medina a servirle de instrumento.

En tanto la oposición pide boicotear las elecciones, el Grupo de Lima y la comunidad internacional insistieron hasta el último momento en que se pospusieran hasta crear mejores condiciones para su celebración.

El pedido recibió una descarga fulminante tanto del presidente Maduro como de la titular del Consejo Electoral, Tibisay Lucena, que la tildaron de injerencista. Con el rechazo generado por el proceso los resultados carecerán de legitimidad, al menos para la comunidad internacional, lo que plantea una incógnita con la que Maduro tendrá que lidiar.

El Nacional

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