Tragedia tránsito

Más que dolor

El accidente de tránsito que costó la vida a seis personas, cuando el vehículo en que viajaban cayó en un canal en la carretera Arenoso-La Ciénaga, es más que nota de dolor.

Se trata de un aviso sobre la necesidad de reforzar los controles para orientar a los conductores sobre la velocidad, las condiciones de las vías y de los propios vehículos. Los accidentes suenan la alarma desde hace mucho tiempo.

Los servicios viales son importantes, pero no todo. No hay que ser ningún experto para saber que las causas de los accidentes son humanas, desperfectos de los vehículos o las malas condiciones de las vías. Aquí, por de pronto, la gran mayoría de los sucesos son por la imprudencia de los conductores. No es que sea el caso de la tragedia que representa la muerte de las seis personas cuando el vehículo marca Kia, 2015, se precipitó al canal de riego.

Los excesos de velocidad y el menosprecio de las leyes, que ponen en riesgo la vida de los ocupantes de otros vehículos, son prácticamente normales en las carreteras. Lo mismo que la circulación de unidades que no reúnen las condiciones mecánicas.

De las muchas entidades que existen en el sector transporte, alguna debería ser especializada para operar en las carreteras.

De esa manera es posible que se eviten tragedias tan luctuosas como la ocurrida el lunes en el trayecto Arenoso-La Ciénaga. Por esa falta de orientación y prevención son muchas las vidas que se han perdido en las carreteras. Sin importar todo lo que se haya hecho.