Para prensa

Mal momento

Atentados como el que costó la vida a cuatro periodistas en Maryland empeoran la crisis que gravita sobre la industria periodística. En México, donde varios profesionales han muerto en lo que va de año a causa de la violencia, el ejercicio del periodismo es un verdadero riesgo.

Antes del ataque contra el periódico The Capital Gazette, fundado en 1717, donde cayeron cuatro periodistas y un empleado administrativo, en otros países varios comunicadores han perdido la vida en pleno ejercicio de su oficio.

Los atentados terroristas tornan más incierto el futuro de una industria duramente golpeada por el incremento de los costos de producción, la caída de la lectoría y nuevas opciones informativas que le han arrebatado una buena tajada del pastel publicitario. Tan perturbadora es la crisis que en Inglaterra, donde en los últimos tiempos unos 300 periódicos han dejado de circular, las autoridades se han visto compelidas a intervenir en procura de encontrar una solución al declive de los medios impresos.

También en Estados Unidos viejas cabeceras han desaparecido o transformado en digital para lidiar con la tormenta que sacude el negocio.

En el marco de ese panorama intolerancias como la que en México y otros países han costado la vida a varios periodistas y atentados como el perpetrado contra el periódico de Maryland tornan más pesaroso el ejercicio de la profesión. Que periodistas y medios de otros países no los hayan sufrido no significa que estén exentos de tales casos.