Criminalidad Y corrupción
La intensidad cobrada estos días por el perturbador rebrote de la criminalidad y la delincuencia ha generado una lógica alarma en la población. Pero el clima se ensombrece más todavía con denuncias tan inquietantes como la vulnerabilidad institucional expuesta por el diputado que denunció la supuesta “corruptela sin remedio” en la Policía y la alegada provisión de drogas y armas de padres a hijos recluidos en el Centro Santo Domingo Oeste que citó una legisladora.
La Policía se limitó a solicitar al diputado peledeísta Francisco Matos presentar pruebas para hacer las investigaciones. Pero la realidad es que si el cuerpo quiere actuar lo que más tiene es tela por donde cortar.
La denuncia de la diputada Isabel de la Cruz, también peledeísta, es de una gravedad que espanta. Difícil que pudiera inventarse que los padres suministran drogas y armas a los hijos con el propósito de hacer de daño. Se da por descontado que tiene que contar con detalles de los que las autoridades pueden disponer para establecer responsabilidades.
Esa descomposición denunciada por los dos legisladores forma parte del malestar que con la criminalidad y la delincuencia conmueven a la población.
Sin que nadie se llame a engaño la impunidad es vista como uno de los componentes que más inciden en el deterioro de la atmósfera. Bien que las autoridades decidan enfrentar la inseguridad ciudadana, pero en ese esfuerzo no cabe obviar ningún detalle, como la investigación de los males denunciados por los legisladores.

