Nieve Sanz es profesora de derecho penal de la Universidad de Salamanca y experta en política criminal. De visita en República Dominicana se ha topado con el aparataje policíaco-militar desplegado por el Gobierno para enfrentar la criminalidad y la delincuencia. Sus estudios y experiencia han propiciado que toque una tecla cuyo sonido al parecer no es muy agradable por aquí: atacar la causa y no los efectos en la batalla contra los flagelos sociales.
Dice la especialista española que ante el fracaso de los sistemas penal y carcelario para reducir los niveles de delincuencia y criminalidad tienen que determinarse las causas por las cuales delinquen cada día más personas en lugar de aumentar las penas.
Parece lo más elemental, pero las autoridades dominicanas han preferido hablar hasta de percepción antes que abordar el problema con responsabilidad, desde sus raíces.
Ante el rebrote de la criminalidad, que ni siquiera el aparatoso patrullaje ha podido aplacar, el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, y el director de la Policía, Ney Aldrin Bautista Almonte, tienen que ponderar todas las sugerencias para combatir el problema.
Observaciones como la de la especialista española y hasta la del exalcalde de Nueva York, Ruddy Giuliani, tienen que ser sopesadas en el marco de cualquier estrategia para garantizar el orden público y la seguridad ciudadana. En medio del drama las autoridades tienen que exhibir la mayor flexibilidad, sin cerrarse a banda.

