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Medallista judo

Con el corazón

Como en otras competencias internacionales, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, en los que el país obtuvo sus mejores resultados, sacaron a relucir la dura realidad de atletas dominicanos. El caso más dramático es el de Estefanía Soriano, ganadora de una medalla de oro en judo, madre de un bebé de dos años y quien reside en una humilde casucha en el barrio “Las 100 Casitas”, de Bayaguana.

Además de las destrezas que demostró, solo el coraje y el corazón explican que pudiera tener una participación tan destacada en la disciplina en que compitió. De no haber puesto en alto el nombre de República Dominicana, su participación hubiera pasado sin pena ni gloria, quizás como la de muchos otros atletas.

Pero la presea dorada mereció que se reparara en sus duras condiciones de vida, de tal modo que el director del Instituto Nacional de la Vivienda (Invi), Mayobanex Escotto, se comprometió a proporcionarle una casa. Soriano, quien vive con sus padres, cuatro hermanos y su hijito en una casucha propiedad de una tía, se desenvuelve con los cuatro mil pesos que recibe del Programa de Apoyo a los Atletas de Alto Rendimiento y Nuevos Valores.

El caso de la judoca invita a evaluar las condiciones de vida de esos atletas que representan al país en competencias internacionales y en juegos nacionales. Como Soriano en el barrio de Bayaguana muchos atletas aplaudidos cuando obtienen alguna medalla viven en condiciones espantosas.

El Nacional

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