En transporte
Gran contraste
El Metro, el teleférico y los autobuses que se han adquirido son destacadas contribuciones para la solución del dramático problema del transporte de pasajeros. Además de lo significativas para descongestionar y eficientizar el tránsito, las inversiones han dado la imagen a Santo Domingo de una ciudad moderna.
Pero el esfuerzo estará incompleto hasta que se solucione el problema de las miles de chatarras utilizadas en el transporte de pasajeros, las que no solo obstaculizan el tránsito, sino que son foco de contaminación, además de atentar contra el ornato.
Sin la eliminación de esos vehículos destartalados, que por sus condiciones mecánicas constituyen hasta un peligro para los usuarios, el tránsito será el mismo pandemonio que lo ha caracterizado. Solo la permisividad explica que a estas alturas, en un país que cuenta con metro, teleférico y modernos autobuses, transporten pasajeros vehículos que no reúnen las más mínimas condiciones.
La solución, en modo alguno, puede supeditarse al chantaje de los gremios que históricamente han fracasado en la gestión del transporte de pasajeros. Cierto que se tiene que compensar o procurar algún medio de subsistencia para los más de 33 mil choferes que serían afectados con la eliminación de las chatarras, pero el sentimentalismo no puede impedir la modernización del transporte de pasajeros.

