Manzana
De discordia
Sacar los vehículos del transporte interurbano del centro de la ciudad, así como los de carga es una necesidad en cualquier ciudad que se empeñe en caminar hacía el desarrollo. El desorden que impera en las calles y avenidas de la capital no puede esperar, y desde hace décadas se viene planteando como una de las soluciones, construir terminales que dejen y tomen los pasajeros que van al interior, en un lugar fuera del centro urbano, para evitar que grandes autobuses circulen por las estrechas y congestionadas avenidas de la capital.
Sin embargo, como es normal en este país, los dos primeros intentos han encontrado la oposición de políticos, comerciantes y dirigentes comunitarios. Cada quien con un argumento diferente, pero en el fondo con la misma posición.
Es cierto que con la experiencia de arrabalización que tenemos en la terminal del kilómetro nueve de la autopista Duarte, cuando rechaza que en su comunidad se reproduzca algo similar, porque lo que hay allí es un verdadero pandemonio. Mugre, bulla, carteristas, vendedores de todo tipo y sindicatos de choferes que se adueñan hasta de la propiedad privada, lo convierten en un infierno permanente.
Desde aquí vemos las terminales de autobuses como un paso de avance, siempre que las autoridades se comprometan a no permitir su arrabalización, y garantizar el orden y la higiene en el lugar, de esa forma ganaríamos todos, incluyendo el medio ambiente, con el que se puede convivir sin necesidad de dañarlo.

