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Nexos con china

El silencio

Mantenerse callado sobre las declaraciones, en ocasiones soeces del cuerpo diplomático de Estados Unidos acreditado en América Latina, sobre los países que de manera soberana decidieron romper relaciones con Taiwán y establecerlas con China Popular, nos hace lucir como una nación más dependiente de la cuenta del Tío Sam.

En un mundo globalizado como el actual, las simpatías políticas o relaciones de vecindad fueron superadas por los intereses económicos de cada actor, de modo que República Dominicana hizo lo que tenía que hacer, pero al Gobierno le ha faltado la valentía que debía acompañar la defensa de una decisión de ese nivel. Acaso los estrategas gubernamentales pensaron que Estados Unidos se iba a quedar de brazos cruzados mientras tres países de la región abandonaban a su principal socio comercial y político en Asia.

Nadie con dos dedos de frente podía siquiera suponerlo, más cuando tiene el valor agregado de tratarse también de un asunto de geopolítica, que EE. UU. no ve con buenos ojos que el gigante asiático amplíe su influencia en América Latina y la región del Caribe. Corresponde al canciller Miguel Vargas Maldonado y en su defecto al vocero de la Casa de Gobierno, Roberto Rodríguez Marchena, fijar una posición con la contundencia que merecen los diplomáticos estadounidenses, que sin duda alguna están haciendo su trabajo, pero los dominicanos queremos que los de aquí hagan el suyo.

El Nacional

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