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Trabajo Intrant

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El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) tendrá que acompañar de acciones concretas el esfuerzo que dice hacer para mejorar la seguridad vial y el movimiento de vehículos para despejar el criterio de que la entidad ha devenido en otra entelequia pública. Con la creación de la entidad no se esperaba un milagro de la noche a la mañana, pero lo que indicaba la realidad es que los problemas del transporte se incrementan en la medida que pasa el tiempo.

Los tapones, que constituyen uno de los principales dolores de cabeza para usuarios y conductores, son cada vez más endiablados, en tanto los transportistas son los que imponen sus propias leyes.

En cuanto al reordenamiento del transporte público no se ha pasado de declaraciones y de encuentros sin ningún resultado.

El caos es el pan nuestro de cada día, en tanto los espacios públicos siguen secuestrados por buhoneros, talleres, negocios y hasta por parqueadores que utilizan sus propios conos. Si de algo ha servido el Intrant ha sido para aumentar la burocracia. Los agentes de la Dirección General de Servicios de Tránsito y Transporte (Digesett), en lugar de actuar contra los conductores que no respetan las leyes, que se detienen en cualquier punto a coger y dejar pasajeros, su preocupación es controlar el cruce de vehículos por las intersecciones.

A la fecha no se ha sentido la primera decisión adoptada por el Intrant para agilizar y mejorar el tránsito en Santo Domingo ni ninguna otra urbe.

El Nacional

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