Secuestro médicos
Dispara alarma
El secuestro por una turba de haitianos en la zona fronteriza que denunció el cardiólogo Pedro Ureña vuelve a colocar sobre el tapete el drama de la inseguridad en la región.
Ureña, quien reivindicó el derecho que tiene a transitar libremente por el territorio, dijo que él y otros médicos que participaban en un rally en motocicletas fueron retenidos durante unas tres horas por haitianos armados de cuchillos, hachas, piedras y punzones que los interceptaron el sábado en la tarde en el paraje La Palmita, a unos 25 kilómetros de Restauración.
De inmediato, el ministro de Defensa, Rubén Paulino Sem, ordenó una investigación para aclarar un incidente que saca a flote la tensión y la inseguridad en la zona fronteriza.
El cardiólogo cita que los secuestrados fueron despojados de sus pertenencias, además de amenazados por los haitianos. Gracias a una alcaldesa dominicana, cuyo nombre no reveló, que los aconsejó hacerse pasar como estadounidenses las consecuencias no fueron peores. Al hacer la denuncia, Ureña deploró que dos militares dominicanos se limitaron a presenciar el incidente sin hacer nada porque alegadamente carecían de comunicación.
Con el suceso tiene que evaluarse la realidad de la zona fronteriza, pues tal parece que la seguridad de que tanto se ufanan las autoridades militares se reduce únicamente a algunos puntos. Ningún dominicano puede sentirse expuesto, como bien señaló Ureña, al transitar por ningún punto del territorio.

