Comunidad internacional
Cómplice Haití
La comunidad internacional, en una actitud cómplice, se desliza por la tangente sobre las violentas protestas que sacuden a Haití en reclamo de que se sancione la corrupción en el programa Petrocaribe.
En lugar de solicitar al presidente Jovenel Moïse que profundice las investigaciones para establecer responsabilidades sobre el supuesto desvío de más de dos mil millones de dólares del programa, los organismos internacionales se han decantado por un diálogo entre los diferentes sectores.
Sorprende esa actitud porque esos organismos han sido los que más insistieron en el pasado en que se persiga una práctica que citan entre los principales factores de la miseria y la ingobernabilidad en la nación.
Las violentas protestas se han reanudado porque no se ha avanzado en las investigaciones sobre la corrupción del programa venezolano. Durante los movimientos han surgido voces que plantean la renuncia de Moïse si no está en capacidad de enjuiciar a los responsables de las irregularidades. Lo más que se ha hecho es cancelar a tres ministros ligados a la ejecución del programa durante la gestión del saliente presidente Michel Martelly y designar una comisión investigadora.
Antes que llamar a un diálogo, en una actitud que se interpreta como cómplice, la comunidad internacional debe demandar del mandatario que transparente las irregularidades en Petrocaribe que tanto han indignado a la población.

