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Secuelas
De tragedia

Son muchas las interrogantes que todavía quedan por despejar sobre la explosión en la empresa Polyplas, en Villas Agrícolas, que hasta ahora ha costado la vida a ocho personas y dejado decenas de heridos. Tras la intensa búsqueda de desaparecidos, el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) ha dado  por concluida la labor de rescate  de cadáveres al descartar que haya más personas que perecieran en la explosión. Sin embargo, el caso no puede cerrarse sin completar otras fases, no solo relacionadas con la causa de la explosión, sino con los protocolos de asistencia. Vecinos de la fábrica insisten en negligencia del 9-1-1 cuando se llamó para alertar sobre el intenso olor a gas. Ramón Antonio Martínez ha reiterado que llamó en dos ocasiones al centro de asistencia y que en las dos veces se le dijo que la situación en la fábrica y los alrededores estaba bajo control. Las autoridades han negado de manera detallada  la denuncia de Martínez, pero más que negarla deben investigarla minuciosamente. El 9-1-1 ha funcionado como uno de los programas más útiles y eficaces del Gobierno, y, por tanto, debe preservar la confianza que se ha ganado en la población. Denuncias como la Martínez no son para desmentirse pura y simplemente, sino para aclararse sin la menor pizca de duda. Desde el primer momento se ha dicho que el 9-1-1 no funcionó, lo que representa uno de los muchos desafíos de la explosión. Las demás incógnitas sobre la explosión también tendrán que despejarse.

El Nacional

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