Sello tenebroso
En crímenes

De los 10 crímenes que entre el sábado y el domingo tiñeron de sangre las fiestas navideñas, seis tienen un sello que sugiere la presencia de bandas de asesinos operando abiertamente en el territorio.

El caso del comerciante que en Higüey acribilló a su mujer y dos hijastros y se suicidó, puede ser un arrebato de locura derivada de alguna perturbación emocional o económica. Pero no así con las cuatro personas asesinadas dentro de una yipeta en Guerra, después de salir de una discoteca junto a otras personas que resultaron ilesas. La Policía baraja la hipótesis de que el cuádruple asesinato puede estar relacionado con un ajuste de cuentas. Caliente todavía el caso de Guerra la opinión pública fue sacudida con el asesinato de una pareja el domingo en la madrugada después de salir de una discoteca en Arenoso, provincia Duarte, para dirigirse a Nagua.

Walter Peña Almánzar, de 30 años, y Florianny Lajara, de 28, se desplazaban en una yipeta cuando fueron abatidos a tiros por desconocidos que viajaban en una motocicleta. Aunque según las versiones en el vehículo viajaban otras personas se asegura que la pareja era el objetivo de los tiradores. Las causas de todos los crímenes tendrán que determinarlas las autoridades, pero en seis de ellos son obvios intereses oscuros y la presencia de sicarios. Ante ese tipo de crimen con razón la gente se asusta. De manera que además de aclarar los casos se tienen que tomar medidas para evitar que el país se convierta en una versión del Chicago de los gangsters.