Radar

Suena alarma

Ola sangrienta

Son cada vez más perturbadores los niveles que alcanza la ola criminal que desde antes de comenzar el año se ha cobrado varias vidas. Tan inquietantes como el alto número de víctimas son las características de crímenes como la ejecución en las últimas horas de tres personas en La Romana.

El detonante lo marcó el asesinato de cuatro personas en Guerra durante las navidades cuando retornaban de una discoteca. Aunque sobre el hecho en principio se barajó la hipótesis de un ajuste de cuentas, el múltiple asesinato todavía no ha sido aclarado por la Policía.

Días después fue abatido un matrimonio en Arenoso, que el cuerpo del orden atribuyó a viejas rencillas.

Pero la alarma ha sonado con más estridencia en las últimas horas con la muerte de tres personas en un barrio de la capital durante una balacera entre pandillas que se disputarían la distribución de drogas.

Dentro de la ola sangrienta en Haina fueron muertos dos supuestos delincuentes en un intercambio de disparos con una patrulla de la Policía. Antes había ocurrido el asesinato del coronel de la Policía Daniel Ramos Álvarez en una operación antidrogas.

Con la misma estampa de crímenes que plantean las más variadas conjeturas fueron encontrados en la carretera que une los bateyes Higüeral y Cacata, de La Romana, los cadáveres de tres hombres con signos de ejecución.

No se tiene que ser ningún especialista para saber la lectura de casos tan tenebrosos. Tienen que prestárseles la atención que cada uno demanda.