Gran desafío
Salvar Ozama
Más que una tarea pendiente, la salvación de los ríos Ozama e Isabela constituye un desafío cada vez más creciente para las autoridades. Se pensaba que después de las toneladas de plásticos arrastradas por las aguas que inundaron el Malecón a estas alturas el saneamiento de los ríos representaría una prioridad.
Frente al deprimente espectáculo, que repercutió en el exterior, el Gobierno designó una comisión para el rescate, saneamiento, rehabilitación y uso sostenido de las cuencas de ambas corrientes.
Pero por reclamos como el externado por el Bloque de Organizaciones Comunitarias y Sociales Ozama-Isabela, la comisión nada ha hecho para eliminar la contaminación que con el paso del tiempo ha convertido las fuentes acuíferas en un lodazal.
Dirigentes comunitarios han emplazado a los Ministerios de Medio Ambiente, de Obras Públicas y de Salud Pública, así como a los ayuntamientos del Distrito Nacional y del Gran Santo Domingo para que asuman sus responsabilidades en la recuperación y saneamiento de los ríos Ozama e Isabela.
Con las tantas comisiones que se han creado y los muchos programas que se han anunciado no cabe más que comenzar a enfrentar el insoslayable reto ambiental que representa la recuperación de las pestilentes corrientes de agua.
No debería esperarse que las aguas inunden la superficie o los desperdicios arropen las costas para evaluar la magnitud del inmenso drama.

