Auspicioso programa
Sobre seguridad
La Declaración de Santo Domingo por la Seguridad Ciudadana es una iniciativa tan saludable, que sus suscritores tienen que hacer el mayor esfuerzo para que prospere. Todos saben que la seguridad, al margen de las estadísticas, es una necesidad.
Sería utópico pensar que la inseguridad se superará de la noche a la mañana, pero si se aplican las medidas que se han concebido puede apostarse a que el nivel de la violencia se reducirá considerablemente.
El objetivo del proyecto auspiciado por la Alcaldía del Distrito Nacional y el Ministerio de Interior y Policía, con el aval de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), es impulsar políticas públicas que garanticen la efectividad de las acciones de prevención de la violencia y la persecución de la criminalidad.
La declaración adquiere más trascendencia al ser suscrita, además, por la Procuraduría General de la República, el Ministerio de la Mujer, la Policía, la Asociación de Jóvenes Empresarios, el movimiento Participación Ciudadana, la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), las universidades Iberoamericana (Unibe) y Católica Madre y Maestra, entre otras entidades. La experiencia que se tiene con los compromisos es que por más solemnes que sean tienden a convertirse en letra muerta.
Los suscritores de la declaración para enfrentar la inseguridad tienen que evitar por todos los medios que el que acaban de suscribir y dar a conocer corra la misma suerte de muchos otros que hoy ni se recuerdan.

