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Contraproducente

Tono belicista

 

El tono belicista con que el presidente estadounidense Donald Trump encara la crisis de Venezuela ha creado más rechazo que apoyo a su intervención en el conflicto. Ninguno de los gobernantes de los que convocó hoy en su residencia de Florida comparte una salida militar para deponer al presidente Nicolás Maduro e instalar al encargado del Parlamento, Juan Guaidó.

El Gobierno dominicano, si bien reconoce a Guaidó, ha reiterado su oposición a la opción militar y abogado por el diálogo para superar la crisis. Se duda que tras el encuentro alguno cambie su posición por las presiones de Trump, y menos todavía en lo concerniente a la política exterior de cada uno de los países que representan.

Estados Unidos, en una inaceptable expresión de injerencismo, ha reiterado su indignación por las relaciones con China establecidas por este y otros países de la región.

Esa actitud la ha asumido con estos países, que a lo mejor considera colonias, pero no con las naciones desarrolladas que desde hace tiempo tienen nexos con el régimen de Beijing. Hasta el propio Tío Sam tiene relaciones diplomáticas y comerciales con China, una nación que gravita, junto a Rusia, en la crisis de Venezuela.

Mientras Trump insista en la opción militar más se afianza Maduro en el poder, pues salvo contadas excepciones nadie está de acuerdo con una intervención armada en Venezuela para resolver la crisis.

Maduro tendrá que ceder, pero en modo alguno puede ser a costa de un baño de sangre, que es lo que implicaría una intervención militar.

El Nacional

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