El malecón de Santo Domingo es, además de un espacio de recreo, parte de la historia de República Dominicana. Son muchos los grandes acontecimientos relacionados con una franja que aporta mucho más que esplendor y deleite a los visitantes.
El malecón es considerado uno de los más valiosos obsequios de la naturaleza a la población dominicana.
Ahora que la zona está en proceso de remozamiento la gente tendrá la oportunidad de apreciar su utilidad y encanto. Vivir más cerca de una franja en la que la Alcaldía del Distrito Nacional ya ha inaugurado un paseo marítimo construido con una inversión superior a los 240 millones de pesos.
El área abarca desde la calle Huáscar Tejeda hasta el monumento a fray Antón de Montesinos y tiene una extensión de 3,500 metros lineales.
Las autoridades deben tener muy en cuenta la necesidad de una rigurosa vigilancia para evitar la arrabalización y que la inseguridad se instalen en la zona. Lo ideal sería que cada ciudadano sea un vigilante, pero es demasiado desear.
No es la primera vez que el malecón, cuya vista panorámica no puede ser más espectacular y relajante, es remozado para el disfrute de visitantes y transeúntes.
El alcalde David Collado tiene un motivo para estar satisfecho por todo lo que representa la obra en materia social, cultural y económica tanto para la ciudad como para República Dominicana.

