Feria Libro, balance azul.-
La feria del libro, que está supuesta a clausurarse hoy, pudo frustrar algunas expectativas relacionadas con la venta, pero en modo alguno se le puede regatear el éxito de concurrencia, estimulada en gran medida por el atractivo conferido por el escenario de la Zona Colonial. Lo ideal hubiera sido que la gente comprara libros para leerlos, pero el contacto de por sí, sobre todo en la gran masa de estudiantes transportados desde escuelas y colegios, es muy importante.
Los habituales visitantes de las ferias coincidieron en que la calle Las Damas, un tramo de Las Mercedes, la Fortaleza Ozama y la Plaza de España representaron los lugares más apropiados para la colocación de las casetas, además de regularse la odiosa venta de alimentos ambulantes.
Un detalle digno de apreciarse es que en esta ocasión la presencia de las oficinas públicas, que suelen irritar con su excesiva promoción, fue más moderada. Es verdad que en materia editorial no había mucha novedad nacional ni internacional, pero siempre se encuentran buenas obras aunque sea para satisfacer curiosidades.
En la feria, que será siempre un acontecimiento cultural, no solo hubo la venta de libros, sino importantes conferencias sobre literatura, filosofía, historia y otros tópicos con escritores nacionales y extranjeros. Puede decirse que el evento pasó la prueba y que la Zona Colonial, por sus monumentos históricos y muchas facilidades, es el espacio adecuado para futuras celebraciones.

