De Fenatrano
Gran desafío
El ministro de Industria y Comercio, Nelson Toca Simó, y el consultor jurídico de la cartera, César Avila Coste, emplazaron al presidente de la Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina (Anadegas), Anulfo Rivas, a presentar pruebas o retractarse de la acusación de que apadrinan una supuesta mafia sobre la distribución ilegal de combustibles.
Los funcionarios tienen pleno derecho a defender su honra frente a imputaciones alegres, sin pruebas.
Pero la verdad es que no solo Rivas ha denunciado la supuesta mafia oficial que apadrina el negocio ilegal de carburantes. También el presidente de la Federación Nacional de Transporte la Nueva Opción (Fenatrano), Juan Hubieres, ha señalado que funcionarios auspician y se benefician con el negocio del gas. Hubieres ha ido todavía más lejos al demandar de las autoridades que lo interroguen o sometan para demostrarles su afirmación. Sorprende que contra el empresario del transporte y dirigente político no se haya emprendido la menor acción, como si su denuncia o emplazamiento no merecieran siquiera la atención.
Si el ministro de Industria y Comercio entiende que no debe intimar a Hubieres, entonces debería hacerlo el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, tratándose de una denuncia no solo grave, sino que él ha señalado que cuenta con pruebas. Se supone que las autoridades deben ser las más interesadas, en defensa de su honra, en que se transparente todo lo relativo al negocio de los carburantes.

